Escolarización de los hijos de expatriados

La expatriación de los padres a un país extranjero plantea inevitablemente la cuestión de la escolarización de sus hijos. ¿Qué colegio debe elegir para sus hijos cuando vive en el extranjero? ¿Debería preferir el sistema escolar francés o adaptarse al de su país de acogida? ¿Hay otras opciones?

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Elegir un centro escolar para enviar a su hijo al extranjero

Matricular a los hijos de expatriados en un colegio local, elegir un centro educativo francés, optar por un colegio internacional o educarlos en casa… estos son los dilemas a los que se enfrentan los padres. En todos los casos, hay varias opciones a su disposición, y la elección es suya. Sea cual sea la solución que elija, ¡no olvide elegir el seguro para expatriados adecuado para su familia antes de partir! Un seguro médico internacional es esencial para asegurarse de estar cubierto pase lo que pase y, sobre todo, para evitar el elevadísimo coste de la asistencia sanitaria en el extranjero.

Scolariser son enfant dans une école française

Esta primera opción es la preferida por muchos no residentes, que desean que sus hijos continúen su educación en el sistema francés. Hay escuelas francesas desde primaria hasta secundaria (collège y lycée). Permiten a los niños expatriados continuar su escolarización «normalmente», sobre todo cuando el sistema educativo local es demasiado diferente del francés. La red AEFE gestiona la mayoría de las escuelas francesas en el extranjero. Cuenta con más de 485 establecimientos en todo el mundo. Las inscripciones las gestionan las propias escuelas o los Servicios de Cooperación y Acción Cultural (SCAC) de las embajadas.

Para informarse sobre las condiciones y trámites de inscripción en las escuelas francesas, debe ponerse en contacto con la escuela que haya elegido o con la Embajada de Francia en su país de acogida. Al enviar a su hijo a una escuela francesa, tendrá menos dificultades para integrarse en la lengua y la cultura francesas, que seguirán siendo francesas. También significa asegurarse de que, una vez finalizado el periodo de expatriación, el niño pueda volver al plan de estudios francés en Francia. Las escuelas francesas están más dirigidas a niños que ya saben leer y escribir (primaria) y que no hablan la lengua local. El nivel de las escuelas francesas en el extranjero es alto, por lo que el niño debe tener un buen nivel educativo desde el principio. Este sistema se recomienda para expatriaciones de corta duración con una fecha de regreso prevista. La desventaja es que los expatriados se dividen en sectores, lo que dificulta su inmersión en el país de acogida. Además, asistir a una escuela francesa en el extranjero representa un coste económico importante, que varía de un país a otro. Las escuelas francesas son especialmente caras en Estados Unidos y Asia. A cambio, pueden concederse becas en función de los ingresos familiares.

Scolariser son enfant dans une école locale

También es posible enviar a su hijo a una escuela local. Esta solución permite a los niños integrarse más rápidamente en su país de acogida. Recomendamos las escuelas locales si piensa pasar mucho tiempo en el mismo país, y para los niños que aún no saben leer ni escribir. En las escuelas locales, como en todas partes, las clases se imparten en la lengua local y según el plan de estudios vigente. Cuanto más pequeño sea su hijo, más fácil le resultará aprender esta nueva lengua. Antes de los 6 años, a los niños les resulta más fácil aprender una nueva lengua y hacerla suya. Rápidamente se convierte en bilingüe y se sumerge por completo en la cultura de su nuevo país, lo que también le facilita establecer vínculos con sus compañeros de clase y otros niños de su edad.

Por otra parte, el aprendizaje del francés se ralentizará considerablemente, ya que dejará de enseñarse en la escuela, y la reintegración en Francia puede resultar posteriormente más difícil. Para superar este problema, puede seguir aprendiendo francés por su cuenta o elegir una plataforma de clases particulares en línea. Suele haber muchas escuelas locales, dependiendo del país, y suelen estar cerca del domicilio familiar. Sus hijos tendrán a sus vecinos como compañeros de clase, o se encontrarán con ellos en el patio de recreo. Este factor adicional podría facilitar su integración y la de su hijo en el barrio. Hay que tener en cuenta que los métodos de enseñanza pueden cambiar: no se encuentran las mismas formas de enseñar en todos los países y regiones del mundo. Lo mismo ocurre con los programas escolares, que no siempre están al mismo nivel que los franceses. Estas diferencias pueden resultar inquietantes para el niño o, por el contrario, abrirle nuevas perspectivas. La inscripción en las escuelas locales se hace directamente en el país de expatriación y en la escuela que corresponda a la edad del niño.

Les écoles internationales à l’étranger

También puede matricular a su hijo en un colegio internacional. La enseñanza se imparte generalmente en inglés. Sin embargo, hay colegios internacionales que no son 100% anglófonos, e incluso colegios bilingües francófonos, como los de España. Aquí se puede cursar tanto el bachillerato francés como el diploma español. Puedes encontrar este tipo de escuelas dondequiera que vivas. Los niños inscritos son de todas las nacionalidades. Existe la posibilidad de estudiar francés, que es una de las lenguas optativas. Se recomienda esta opción para no perder la lengua materna. También puede matricular a su hijo en una plataforma de enseñanza a distancia para que reciba clases particulares de francés con profesores francófonos. Hay escuelas internacionales desde la guardería hasta el bachillerato. Si tiene previsto regresar a Francia en algún momento, lo ideal es que el estudiante se incorpore a un colegio internacional francés para no interrumpir su curso.

También puede optar por reintegrar a su hijo en una escuela pública francesa, aunque es posible que tenga que repetir curso para ponerse al día con el plan de estudios francés. El plan de estudios de un colegio internacional es diferente del de los colegios públicos franceses. Como su nombre indica, es internacional, por lo que puede acoger a todas las nacionalidades. El Baccalauréat que se prepara en las escuelas internacionales es, por tanto, diferente del Baccalauréat francés. El enfoque de estas escuelas es menos académico y se centra más en el contacto humano y el desarrollo personal. La tolerancia es uno de los valores clave para fomentar la cohesión social y desarrollar la confianza de cada alumno en sí mismo valorándolo. Le aconsejamos que elija un colegio internacional si es un expatriado de larga duración o si se desplaza a menudo de un país a otro. En esta situación, el niño no tiene necesariamente tiempo de aprender la lengua nacional del país de acogida, mientras que el inglés es la primera lengua internacional. También recomendamos este tipo de escuela si quiere ofrecer a sus hijos una educación angloparlante que les abra las puertas de la enseñanza superior en muchos países. Sin embargo, es difícil acceder a los colegios internacionales, ya que exigen un excelente nivel académico y la mayoría requiere un examen de ingreso. Además, el coste de asistir a este tipo de escuelas suele ser muy elevado. La inscripción se realiza directamente en la escuela. En cualquier caso, debe pensárselo bien antes de elegir un colegio internacional. Varios factores pueden ayudarle a elegir bien: la duración de su expatriación, la capacidad de adaptación de su hijo, la lengua de enseñanza, el nivel académico de su hijo, la importancia de las competencias humanas en la escuela, la reputación de la escuela y, por último, el coste de la matrícula.

L’enseignement à distance quand on est expatrié

Existe otra alternativa para los hijos de expatriados: la enseñanza a distancia. El CNED (Centre National d’Education à Distance) ofrece una solución para ayudar a los hijos de expatriados a mantener un vínculo con el sistema francés: SCI (Scolarité Complémentaire Internationale). Se trata de un curso de francés sencillo y ágil, basado en el programa oficial de la Educación Nacional Francesa. Los cursos se organizan en torno a 3 asignaturas troncales (que varían según el nivel de estudios). Se puede acceder a las lecciones e imprimirlas desde una plataforma en línea. Los cuadernos de ejercicios se envían a tu domicilio, junto con los deberes, para que los devuelvas y los corrijas. En concreto, puede elegir entre dos versiones: una versión exclusivamente digital con cursos en línea o una versión digital y en papel, que combina cursos en línea y libros de texto.

Recomendamos esta solución como complemento a la matriculación en una escuela local, para garantizar que reciba una educación completa. No obstante, también puede optar por matricular a su hijo únicamente en el CNED. Si es así, ponte en contacto con ellos para explicarles tu situación. Por último, le recomendamos esta solución si tiene intención de regresar a Francia en una fecha determinada. El objetivo es que su hijo pueda volver a una escuela francesa para completar su educación hasta, al menos, el nivel de bachillerato. En este caso, tu hijo no tendrá problemas de readaptación, porque estará al mismo nivel y podrá continuar su educación sin lagunas ni discrepancias con respecto a sus compañeros. De este modo, su hijo mantiene una continuidad real en su escolarización, desde que se va al extranjero hasta que regresa a Francia. Hay cursos a precios asequibles, desde infantil hasta el último curso. Pero cuidado, esta forma de enseñanza requiere el apoyo moral de quienes te rodean, así como un alto grado de autonomía y rigor por parte del niño. Un profesor particular puede ser de gran ayuda. Si opta por esta solución como expatriado, debe saber que las fechas de inscripción en el hemisferio norte del mundo van de principios de junio a finales de diciembre, y en el hemisferio sur, de principios de enero a finales de marzo. Además del CNED, otras organizaciones ofrecen cursos a distancia: Cours Legendre, la escuela Hattemer y Cours Pi, por ejemplo. También debe saber que los cursos por correspondencia no son gratuitos.

L’Instruction En Famille

Finalmente, la última opción que se le ofrece es la IEF (Instruction En Famille). El IEF es simplemente «educación en casa» impartida por uno de los padres o alguien cercano al niño. Para los expatriados, suele ser una solución de reserva, en caso de que el país de acogida no disponga de sistema escolar o si el primer centro está demasiado lejos de su domicilio. En Francia, este método de aprendizaje está autorizado para niños de entre 3 y 16 años de familias desplazadas (las familias francesas ya no tienen derecho a beneficiarse de esta excepción a la educación escolar). La educación en casa tiene sus ventajas y sus inconvenientes. La ventaja es, sobre todo, la conservación de la lengua materna, que fácilmente puede dominarse menos o incluso olvidarse en una escuela local. El hecho de que un amigo cercano o un familiar se encargue de la escolarización da confianza al niño y facilita su aprendizaje. Sin embargo, este método también tiene sus inconvenientes. La escuela local desempeña un papel importante en la socialización del niño, lo que no ocurre necesariamente con la educación en casa. La lengua materna se conserva, pero el niño tendrá menos oportunidades de aprender la lengua del país de acogida y de abrirse culturalmente. Por último, como padre, si trabajas a nivel local, puede que no tengas tiempo para dar clases a tus hijos. Depende de ti sopesar los pros y los contras y decidir qué solución se adapta mejor a tu situación. La educación en casa puede ser aconsejable para los hijos de expatriados que no tengan intención de quedarse mucho tiempo en el país de acogida. En este caso, no tiene sentido desestabilizar al niño sumergiéndolo en un nuevo sistema escolar y en un mundo muy diferente al suyo, aunque sólo sea por un breve periodo de tiempo. Sin embargo, si decide quedarse en el país de acogida durante mucho tiempo, es aconsejable matricular a su hijo en una escuela local una vez que domine la lengua nacional, o en una escuela francesa o internacional.

Sea cual sea su elección final, tómese su tiempo para pensar detenidamente en el sistema que más le conviene a usted y a su hijo. Tenga en cuenta la duración de su expatriación, el país o países a los que se dirige, la edad de su hijo en el momento de partir, su capacidad para mantener su lengua materna fuera de la escuela y, por último, su presupuesto.

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